Ciegos, Sordos y Mudos

[SMD] Las autoridades chinas solicitaron a los fabricantes de computadoras que incluyeran un software para filtrar contenidos en cada máquina introducida en el país. También en su oportunidad, exigieron a Google que impidiera a los usuarios de dicho país, el acceso a sitios web del exterior.

El débil pretexto para solicitar estas medidas sería la lucha en contra de la pornografía. Sin embargo el resultado de la implementación de las mismas desemboca en la limitación de la información y en el control de aquello que no se considere políticamente aceptable desde la perspectiva de las autoridades.

No es un dato que sorprenda, lo solicitado por la “Nomenclatura” China. Ésta es conciente que no puede prescindir de las herramientas y ventajas de la sociedad global del conocimiento y pretende o cree poder controlar o morigerar los “riesgos” que el tráfico de información puede producir en una sociedad cerrada. Controlar la información, aprovechando sus ventajas es el sueño, tal vez imposible, en el mundo actual de toda elite cerrada.

La competitividad de dicha economía reposa en la incorporación de tecnología, pero en este caso conlleva un serio peligro para su sistema de poder.

El software cuya incorporación se pretende, se denomina “Green Dam” y colocaría a los fabricantes ante el riesgo de tener que bajar un programa inseguro y no testeado. Ello implicaría agregar un servicio adicional con el consiguiente aumento de costos.

Algunas organizaciones no gubernamentales estiman que medidas de este tipo, deberían ser resistidas por los fabricantes de computadoras y empresas de Internet. La cuestión plantea un dilema: ¿Cuál es el límite ético tolerable para las empresas y gobiernos occidentales que pretendan hacer negocios en China?

¿Es legítimo que para acceder al gigantesco mercado chino, las empresas acepten autocensurarse o ser funcionales a un aparato represivo sofisticado que empalidece a las más cruentas fantasías orwelianas?

Se podría entender que en algunas transacciones, como comprar o vender algunas materias primas o manufacturas se diluya cierta “responsabilidad” de los actores del negocio. Puede argüirse incluso, que un hipotético bloqueo comercial a un país cuestionado por su estructura represiva o totalitaria sea más perjudicial para la población que para el propio gobierno.

Sin embargo, no parece ser lo mismo proveer de trigo que al final será consumido por sus habitantes que posibilitarle al poder político las herramientas técnicas con las que sojuzga a la población.

En el caso que analizamos, la PC, herramienta tecnológica que tuvo una participación decisiva en la nueva era de la información, podría ser utilizada como instrumento de control y represión con una eficacia nunca vista antes en la historia de la humanidad.