Viernes 08/05/2009
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Pronunciada caída del periodismo gráfico

[S.E.P.A.] Gigantes del periodismo mundial, como el New York Times y periódicos locales tanto en Estados Unidos como en Europa sufren las consecuencias del cambio de paradigma en las comunicaciones.

La actual crisis no hizo más que acelerar un proceso de varios años: menos ventas, menos tiraje, menos publicidad y por consiguiente quebrantos, fusiones desesperadas y cierre de periódicos. Este fenómeno global tiene su versión local en la merma sostenida de tiraje de grandes diarios nacionales y provinciales.

Un poco de historia: La prensa gráfica pudo sobrevivir a la aparición de la prensa radial, que terminó por complementarla reforzando su venta con la lectura y comentario de titulares.

La televisión implicó el primer gran retroceso con la aparición de los noticieros vespertinos. Ello provocó la casi total desaparición de los diarios de la tarde, que a comienzos del siglo XX eran muy importantes.

Luego la TV por cable hizo su aporte a la fragmentación de la audiencia. En la actualidad, la costumbre radial de lectura de periódicos, se trasladó a los noticieros matutinos, implicando una relación sinérgica entre ambos medios. Sin embargo desde la década del noventa la tendencia negativa no cede.¿Cuál es la causa de la crisis? Internet.

Las nuevas generaciones han crecido en la red, interactúan en ella, generan sus propios espacios y opiniones. Hoy la información no pasa en forma forzosa por el tamiz de la prensa ortodoxa.

Los cibernautas integran un mercado con una oferta horizontal y variada, a lo que se agrega la difícil monetización de servicios que antes ofrecían los diarios a cambio de dinero.

Los lectores de entre 15 y 24 años dedican poco o ningún tiempo a los periódicos tradicionales desde que acceden a internet. La profecía de Philip Meyer parece anticiparse.

Este profesor de la Universidad de Carolina del Norte en los Estados Unidos, anunció la desaparición del diario tradicional de papel para el año 2043.

En su libro “The vanishing news paper” (el diario que se desvanece) anuncia que en dicho año se imprimirá el último periódico en papel.

El lector de diarios impresos, si bien goza de más prestigio por garantizar una lectura más detenida del producto, es una especie en extinción.

El cibernauta que solo garantiza una atención dispersa entre saltos a hipervínculos a velocidad extrema: es el paradigma del consumidor actual. La venta de espacios de publicidad en diarios se está devaluando a pasos agigantados.

Los grandes diarios impresos tienen su versión en Internet pero con una estrategia que se caracteriza por su rigidez y no pueden trasladar su prestigio gráfico a la red.

Versiones devaluadas de sus contenidos periodísticos compiten con actores que se especializan en ofrecer a sus cibernautas y anunciantes un medio adaptativo de fácil acceso y navegación y con llegada a públicos especializados.

La postura de la industria gráfica pasa por asumir el momento crítico por el que atraviesa el sector tratando de destacar la importancia social de los medios gráficos como controladores de los actos de gobierno, rol que no podrían ejercer los nuevos medios en la web a causa de su atomización.

También destacan las obsoletas regulaciones que los ponen en desventaja al limitar su participación en otros rubros (onda radial o televisiva) so pretexto de impedir los monopolios de la comunicación.En Argentina los diarios cuentan todavía con cierto nivel de influencia.

Algunos atribuyen esto a una transición generacional. Los últimos lectores de periódicos gráficos estarían llegando a los 50 años. A medida que se disminuye la edad es directamente proporcional la disminución de lectores.

Si este fenómeno se representara con un gráfico, estaríamos ante una pirámide invertida en la que el ángulo inferior representa las franjas etarias más jóvenes. O si se quiere a escasos 33 años de llegar al último día anunciado por la profecía de Philip Meyer.

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